talegos

Supongo que a estas alturas de curso (jeje) ya debería haberos dedicado algo. Lo siento, perdonadme, las fiestas del mejor pueblo del mundo me han ocupado todo mi tiempo.

También supongo que ya he empezado a echaros de menos, pero eso es un hecho que todos sabréis. Compañeros nuevos, profesores nuevos, pasillos nuevos, libros nuevos, asignaturas nuevas, pero yo sigo siendo la misma. La que sale los sábados que no está castigada, la que monta fiestas alpinas en su casa, la que llevaba chapas en el jersey del uniforme, la que dicen que tiene la risa forzada (mentira-.-), la de siempre. Estoy bien amigos, os echo mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, muchísimo de menos a vosotros (claro) y a los chistes malos de Mario, a los abrazos y “Nuriiiiiiiiiiiis” de Sanse, a las canciones de Pereza y tweets de Carmen de Mairena en le recreo de parte de Irene, del salami de Laura, de la risa y las craas de Paula, del tupé de Marinero, del candado con clave de Juan,  y por supuesto echo de menos a la mitad del podería cangrejil de todos los días desde las 8.30 de la mañana. Hasta mis talego echan de menos vuestras respuestas y risas. Echo de menos nuestro rincón, y los kikos y kitkats de la máquina, los balonazos y las botas blancas de alguna, los cotilleos del finde en el recreo de los lunes y las salidas al pasillo aunque no se puedan, porque sólo nosotros estamos loquísimos. La voz de Amores, las”Radicalessssssssshh” de Guillermo, los “Vale para todos? De la Nachi y las preguntas de los exámenes frescas cada recreo de clase a clase. Todo eso echo de menos. Pero tranquilos no os voy a dejar que a mí me empecéis a echarme de menos, sólo os digo que faltan cuatro días para el finde. Os amo.