Ya veo que esas cosas no se pueden explicar. Antes me formaba yo idea del día y de la noche. ¿Cómo? Verás: era de día, cuando hablaba la gente; era de noche, cuando la gente callaba y no se escuchaba más que el tic-tac de los relojes. Ahora no hago las mismas comparaciones. Es de día, cuando estamos tú y yo; es de noche, cuando nos separamos.
Lo importante no es llegar, sino saber mantenerse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario